Voces que reflejan transformación educativa y comunitaria

Cada historia compartida es una muestra del poder de la colaboración, el compromiso y la educación como motor de transformación social.
Estos relatos inspiran, validan nuestro modelo y fortalecen nuestra convicción: cuando una escuela mejora, toda la comunidad avanza.

Creación de aula de cómputo en la escuela José Vasconcelos.

Durante años, en la Escuela Primaria José Vasconcelos se soñó con tener un aula de cómputo funcional. El espacio estaba deteriorado, sin equipo suficiente ni condiciones adecuadas para que las niñas y los niños pudieran acercarse a la tecnología. Parecía un anhelo lejano. 

Ese sueño empezó a tomar forma cuando Escuela en Comunidad se sumó como aliado. Desde el programa gestionamos y canalizamos la donación de 21 Chromebooks por parte de HP, así como la capacitación para que las y los docentes se formaran en Aulas de Google. De esta manera, no solo llegó el equipo, sino también las herramientas pedagógicas para aprovecharlo al máximo. 

El impacto fue inmediato: las maestras comenzaron a integrarla tecnología en sus clases, niñas y niños exploran nuevas formas de aprender e investigar, y la comunidad escolar redescubrió la importancia de contar con un espacio digital vivo, activo y lleno de oportunidades. 

A la par, con el apoyo de Grupo RIU y ITESO, la biblioteca también se revitalizó y se organizó su acervo, pero el verdadero corazón de la transformación fue la creación de un aula de cómputo que hoy coloca a la escuela un paso adelante en el acceso a la educación digital. 

La historia de la José Vasconcelos demuestra que cuando la comunidad escolar se une y cuenta con aliados estratégicos, los cambios no solo son posibles: son profundos, sostenibles y reales. En Escuela en Comunidad creemos que el acceso a la tecnología y la formación docente son llaves para abrir futuros distintos, y nos enorgullece acompañar a las escuelas en ese camino.


Voces de Nuestra Comunidad

“El programa Escuela en Comunidad nos ha dejado muchas enseñanzas, no somos la misma escuela a cuando llegaron, veo a mi colectivo muy fortalecido, veo que ahora regulan sus emociones para poder manejar diversos temas con los padres de familia, es de presumir la relación que se ha logrado y la unión con padres de familia gracias a las capacitaciones. Es un programa muy bonito, muy provechoso, y que, desde sus diferentes dimensiones, nos hacen un colectivo fuerte”.

Directora Patricia Josefina Ruvalcaba
Escuela Juan Soriano.

Rehabilitación de la biblioteca en la Escuela Juan Soriano

Hay historias que se construyen en silencio, paso a paso, con esfuerzo compartido. La historia de la nueva biblioteca de la Escuela Primaria Juan Soriano es una de ellas. No comenzó con grandes presupuestos ni con estructuras listas. Comenzó con algo más poderoso: el amor por la lectura y una comunidad dispuesta a hacerla florecer.

Todo empezó cuando las y los docentes comenzaron a notar algo especial: las niñas y niños mostraban cada vez más interés por los libros. La lectura dejó de ser una obligación y se convirtió en una curiosidad constante. Conforme pasaban las sesiones de la dimensión de Comprensión Lectora, surgieron dinámicas para fomentar ese gusto en cada grado. Pero pronto, los materiales no fueron suficientes. La demanda superó a los pocos libros disponibles.

Fue entonces cuando surgió el sueño: tener una biblioteca escolar digna.

Gracias al diplomado en literacidades del ITESO —al que la directora accedió mediante una beca que le otorgó el programa—, se propuso un proyecto que no solo beneficiara a la escuela, sino que quedara como legado. Así nació la meta de rehabilitar un espacio y convertirlo en una biblioteca viva, cercana, útil.

Pero no fue fácil.

Encontrar un lugar disponible en la escuela fue uno de los primeros retos. Luego vino la búsqueda de donaciones, la clasificación de libros (una tarea aún en proceso), la limpieza del espacio y, sobre todo, la organización. Nada de esto habría sido posible sin el esfuerzo incansable de madres, padres, docentes y estudiantes, quienes asumieron el proyecto como propio. Fue un trabajo fuera del horario, voluntario, pero lleno de compromiso.

Un impulso clave en este proceso fue el patrocinio de Grupo RIU, cuyo apoyo económico fue fundamental para que este sueño pudiera concretarse. Gracias a su generosidad, la escuela pudo avanzar con mayor seguridad y contar con los recursos necesarios para consolidar un espacio que hoy marca la diferencia en la vida educativa de la comunidad.

Hoy, ese espacio es mucho más que una sala con estantes.

Es un refugio. Un rincón de descubrimiento. Un lugar al que las niñas acuden durante el recreo para ofrecer voluntariamente el préstamo de libros. Un sitio que los niños ya no ven como un lugar de tareas impuestas, sino como un punto de encuentro con la imaginación y el conocimiento.

Aún quedan retos por resolver: definir un sistema de préstamo funcional, mantener el orden y cuidar el material. Pero lo más importante ya está hecho: la comunidad escolar se unió, se organizó y convirtió un deseo en un logro tangible.

Escuela en Comunidad acompañó el proceso, brindó herramientas y apoyo. Pero fue la comunidad —madres, padres, docentes y estudiantes— la que levantó los muros de esta biblioteca con sus propias manos y convicciones.

Porque cuando una comunidad se convence de que la educación transforma, no hay imposibles. Solo metas que se alcanzan juntas.


Tu inversión puede transformar la educación y cambiar el futuro de nuestra comunidad.

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